Rio Bogotá. El ciclo del agua y el ciclo de la vida son uno solo.

Introducción

A 3400 msnm en el municipio de Villa Pinzón, el páramo de Guacheneque preserva un tesoro: Las aguas cristalinas que le dan vida al rio Bogotá. La vegetación más representativa que rodea el nacimiento del río está compuesta por encenillos, musgos, líquenes y frailejones, con un recorrido total de 380 km hasta Girardot ubicado a 280 msnm donde entrega todo su caudal al río Magdalena. La corporación autónoma regional de Cundinamarca (CAR) divide el recorrido del rio Bogotá en tres sectores: la cuenca alta, que comprende desde el nacimiento del rio Bogotá hasta el puente de la virgen en Cota, la cuenca media tiene en cuenta desde el puente de la virgen hasta antes del embalse de Muña y por último la cuenca baja, desde el embalse de Muña hasta la desembocadura en el río Magdalena. Los principales tributarios del rio Bogotá son los ríos San Francisco, Sisga, Ciecha, Tibito, Teusaca, Chicu, Fucha, Tunjuelito, Soacha y Muña en la cuenca alta y en la cuenca baja Calandaima y Apulo.

A continuación se identifica el recorrido del rio Bogotá en el mapa (CAR, 2014).

1Ilustración 1. Cuenca del rio Bogotá. (Castañeda, 2012)

Situación problema

Con el paso de los años se ha determinado que los factores más importantes e influyentes en la contaminación de este río son las aguas residuales domesticas en las que se concentra más que todo una gran cantidad de detergentes, además de desechos provenientes de la actividad minera los cuales están compuestos en su mayoría por metales pesados. Por ultimo y no menos importante son los residuos resultantes de las practicas industriales que tendrían componentes similares a los de extracción minera. A continuación se muestran ejemplos de los contaminantes mencionados:

2.jpgIlustración 2. Contaminación por aguas residuales domésticas. (El tiempo, 2015)

3.jpgIlustración 3. Contaminación por residuos de minería. (El espectador, 2014)

4.pngIlustración 4. Contaminación por prácticas industriales. (Castañeda, 2012)

5.jpgIlustración 5. Mapa de contaminación del rio Bogotá. (Jiménez, 2010)

Un ecosistema hermoso y limpio en su nacimiento, en que una persona puede beber un vaso de agua tranquilamente, pero con alta fragilidad al limitar con las zonas de desarrollo agrícola, lo que modifica el uso del suelo afectando la disponibilidad de agua. Los cultivos de papa alteran el equilibrio del suelo, saturándolo con abonos y plaguicidas. En Villa Pinzón, se vierten al río aguas domesticas e industriales con altos contenidos de materia orgánica y metales pesados generados por las curtiembres de la zona. El sistema de regulación hídrica que integra los embalses El Sisga, Tomine y Neusa genera una dilución a gran escala de los contaminantes que lleva el río hasta las zonas más pobladas de la Sabana (Semana, 2015).

Aguas que no han recibido el tratamiento adecuado se emplean en distritos de riego para desarrollar actividades agropecuarias que se localizan en la cercanía del río Bogotá; El cauce del río ha sido modificado con el fin de aprovechar los terrenos para la construcción de  conjuntos residenciales, modificando así la capacidad hidráulica del río y aumentando el riesgo de inundación; riesgo que ha afectado los alrededores del río en cada invierno o cuando se acumulan muchos desechos sólidos, que logran generar un represamiento de aguas, produciendo así que la madre naturaleza reclame su territorio, tal como se evidencia en la siguiente imagen  (Semana, 2015).

6.jpgIlustración 6. Estancamiento del cauce por exceso de residuos sólidos. (Velasco, 2014)

A medida que el río se acerca a la capital colombiana, los vertimientos de aguas residuales aumentan considerablemente. La mayor presión sobre el río se presenta al llegar a Bogotá: concentraciones elevadas de materia orgánica generan un cambio colorimétrico, las cuales lo llevan a tener un color negro profundo, debido al vertimiento de residuos sólidos y aguas residuales sin tratamiento por parte de la población e industrias. La inmensa población de esta capital genera tres principales vertientes de contaminación excesiva, estas son el rio Salitre, el rio Fucha y el rio Tunjuelo, las cuales entregan estos desechos en el respectivo orden de nombramiento. Se modifican las propiedades biológicas y fisicoquímicas al extremo generando un ambiente toxico con alta carga microbiana, que al metabolizar genera gas metano, destruyendo así gran parte de la posible vida del cauce.

El río Bogotá atraviesa 41 municipios, en los que se distribuye la contaminación, traducida en 442 toneladas diarias de desechos, 5,2 toneladas de detergente y 1473 toneladas de sólidos, lo que equivale a 35 tracto mulas diarias de residuos. Además, solo el 35 % de las aguas residuales recibe algún tipo de tratamiento, ya que muchos de los sistemas existentes son obsoletos o no funcionan al 100 % de su capacidad (Alcaldía de Bogotá, 2010).

La alcaldía de Bogotá es la encargada de realizar los estudios pertinentes para determinar la calidad de este río. Por esta razón, se busca encontrar el índice de calidad de agua (ICA) el cual agrupa 9 parámetros:

  • Coliformes Fecales (en NMP/100 ml)
  • pH (en unidades de pH)
  • Demanda Bioquímica de Oxigeno en 5 días (DBO5 en mg/ l)
  • Nitratos (NO3 en mg/l)
  • Fosfatos (PO4 en mg/l)
  • Cambio de la Temperatura (en ºC)
  • Turbidez (en Unidades de Absorbancia Formazina (FAU)
  • Sólidos disueltos totales (en mg/ l)
  • Oxígeno disuelto (en porcentaje de saturación)

Los efectos con grado de variabilidad debido al tiempo de publicación de los resultados son los siguientes:

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Tabla 1. Resultados ICA para la cuenca. (CAR, 2009)

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Tabla 2. Clasificación del agua. (CAR, 2009)

Conclusiones

Obras de gran impacto se han ejecutado a lo largo del río para dar solución a las consecuencias de la mala planificación territorial. Esta mala planificación proviene desde la fundación y creación de un sistema de acueductos y alcantarillado donde no se tuvo en cuenta el posible crecimiento de la población y todo lo que esto conlleva; los vertimientos de las canteras aumentan las concentraciones de sólidos suspendidos y sedimentos que transporta el río, al llegar a las compuertas de Alicachi. Parte del río es bombeado al embalse del Muña, así el sistema de río es transformado en su totalidad, donde comunidades están en constante exposición a contaminación ambiental. Después de tanta afectación para la cuenca, la capacidad de carga del río es superada, dando como resultado un río muerto que fluye lento.

A partir de una mala planificación para el desarrollo de determinada comunidad, se despliegan problemas a largo plazo, los daños causados por un mal manejo de los recursos siempre traerán consecuencias y llevarán a buscar soluciones que a fin de cuentas tendrán costos superiores que un buen impulso inicial. En el estado en el que está el planeta y más aún el recurso hídrico más preciado, lo importante es aprovechar toda la información existente, para poder generar planes de acción, mitigando así de a pocos los daños. Concientizar a la sociedad, brindar el conocimiento, sería el primer paso, para una futura recuperación de los recursos, siempre se podrá luchar para recuperar las maravillas de la naturaleza, no importa que tan grande sea el beneficio, si la destrucción es el camino ya que el ciclo del agua es el mismo de la vida, por ende, deberían ir siempre de la mano.

 

Diego Fernando López Montero.

 

Referencias y bibliografia

Organización Panamericana De La Salud, Organización Mundial De La Salud, http://www.panalimentos.org/comunidad/educacion1.asp?cd=298&id=67 abril 26 de 2010.

Center for Disease control and Prevention. Artículo Infecciones transmitidas por alimentos http://www.cdc.gov/nczved/es/enfermedades/infecciones_alimentos/#que. 26 de abril de 2010.

Instituto Nacional de Salud. Protocolo de vigilancia de enfermedades transmitidas por Alimentos. Bogotá D.C., 2009.

Instituto Nacional de Salud. Protocolo de vigilancia de Hepatitis A. Bogotá Colombia 2008.

Codificación Nacional de Cuencas Hidrográficas. Guía técnico-científica para la ordenación y manejo de cuencas hidrográficas en Colombia (DECRETO 1729 DE 2002) – Bogotá 2004.

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